lunes, 15 de enero de 2018

Un poco de Historia: Género y sexualidad en Pedagogía y Educación

Ley 1420 (1884) http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/normas/5421.pdf

Previo a la Ley 1420, se toma apartados de la Declaración final del Congreso Pedagógico

Internacional de 1882 (archivo histórico): https://www.educ.ar/sitios/educar/seccion/?ir=archivo_historico


Una matriz consolidada a fines de Siglo XIX, revalidada en la Ley 1420, que estimulaba la diferenciación generizada en la enseñanza de materias, donde se establecía ya en 1882 la enseñanza de higiene como mecanismo de formar sujetos sanos de cuerpo, pero también de mente “sana”, o sea libre de todo vicio considerado inmoral y/o anormalidades. Una educación donde la moralidad ocupaba (según ciertos cánones) un lugar importante, actividades pensadas para niñas y otras para el considerado sexo fuerte “niños”.

Las mujeres y varones tenían un destino asegurado, marcado por su biología; en disciplinas escolares como lectura, instrucción moral o cívica, Historia o Geografía: también estas colaboraron de manera potente en la construcción de masculinidades y femineidades jerarquizadas. El dispositivo curricular se convirtió en el instrumento de producción de género más vigoroso (Silva_2001)[1]

Llegada la Ley 1420 se reafirma muchos de las conceptualizaciones publicadas y normatizadas anteriormente. Marcando hitos fundantes en la formación de los sujetos escolares. Las actividades diferenciadas por género, se vuelven a definir en dicha ley.

La escuela se convirtió en el dispositivo de encierro del cuerpo infantil, discurso pedagógico diseñado para regular espacios, métodos, prácticas y normas de comportamiento aplicadas al “cuerpo infantil”.[1] Un espacio para ser naturalizado, el niño o niña como sujetos obedientes, dóciles y dependientes, condicionados a determinadas formas de ser, en un destino irrenunciable, marcado por signos atribuidos por adultos y específicos a cada género.
La condición de “moralidad” se encontraba presente también en las recomendaciones literarias.
Dicha moralidad estaba arraigada de forma implícita en el discurso pedagógico, cuyos límites “el cuerpo infantil” se hallaba circunscripto a: gestualidades, posiciones corporales, desplazamientos, miradas o movimientos que debían estar autorizadas, un escenario moral posicionado en el recato y la modestia. La “somatización moral” a la que alude P. Bordieu se constituía en aspectos físicos y materiales en el espacio escuela; garantizando así la vigilancia y control del cuerpo infantil….función atribuible a los maestros.[1]

Las caracterizaciones presentes en las disciplinas escolares mencionadas, dan cuenta de las posibilidades o imposiblilidades atribuibles a cada , cuyo proceso de generización diferenciada continuó vigente durante parte del siglo XX, dando lugar a la producción de subjetividades generizadas. Estas matrices generizadas han reforzado y refuerzan (aún en algunas situaciones) la binariedad en la escuela, a través de simbologías como el delantal blanco, textos escolares y disciplinas clasificadas como femeninas o masculinas.[1]

Una selección de textos escolares a partir de la ley 1420 a la actualidad da cuenta de diferentes estructuras familiares en tiempo y espacio socio-histórico; sin embargo en la actualidad no se habilita en espacios escolares a dialogar abiertamente sobre familias homoparentales…. Parece estar aún vedado al debate dentro del aula. Los primeros textos escolares muestran modelos familiares dónde las tareas entre lo masculino y femenino están bien diferenciadas.

Un video con material de archivo, en una cronología desde 1882 a la actualidad…..








El Nene” Libro de texto escolar año 1898. Ferreyra Y Aubín

”Los ancianos” (Edic. nª 19)

Este texto escolar refiere al rol de los adultos mayores dentro del seno de la familia (ancianos); un modelo de familia donde convivían en su mayoría más de dos generaciones. En un rol de consejero_patriarca el abuelo inmigrante, veterano de guerra, maestro o habiendo tenido otra ocupación, es aquel que cumple la función de educador, transmisor de valores y principios primordiales para desenvolverse en sociedad. A comienzos de Siglo XX el amor por la patria, el respeto a los mayores, representaba condición necesaria para el progreso del Estado Nación. Por tanto, los consejos brindados por el anciano varón, eran aceptados sin cuestionamientos por niños/as; como transmisor validado de los valores culturales en la figura masculina (muestra de roles de género). Las abuelas (mujeres) ocupan el rol de juego, cuidado y/o entretenimiento, el abuelo aparece en las imágenes como el sabio consejero que promueve efectos de principios y valores en las nuevas generaciones (nietos). La presencia familiar de los vínculos existentes entre hijos/nietos auguraba la continuidad de la sangre y el apellido.

La representación patriarcal_androcéntrica[1] que define “al varón como humano por excelencia”, donde la diferencia de género (con la mujer), está vista en connotación negativa e inferior. Perspectiva vigente en la antropología desde comienzos del pensamiento filosófico hasta siglo XX. Los incipientes escritos feministas fueron teniendo como meta principal la crítica y formas de superar estas conceptualizaciones negativas, que marcaron las diferencias (en el orden de la sexualidad). Estos primeros escritos se centran en la diferencia sexual (lo biológico), y no tanto se señala el concepto de diferencia reforzado en el pensamiento patriarcal. El varón considerado como un sujeto perfecto y completo (superior), en relación a la mujer…considerada un ser incompleto (inferior).[2]

«En cuanto a la formación de su espíritu y a su actividad, a la afirmación de su personalidad y en relación con el medio, el varón nos aparece a lo largo de nuestra cultura como el ser superior y, más allá de la diferencia de rango, ambos sexos son tan esencialmente distintos que sólo pueden estar determinados a complementarse el uno al otro: la existencia femenina tiene su sentido exclusivamente en aquello que el varón no quiere, o no puede, ser o hacer; el sentido de la vida de aquélla no está referido a una relación de igualdad, sino de desigualdad, y en esta relación se consumen sin dejar resto»  G. Simmel, Soziologie, Leipzig 1908,443.

Como en el texto escolar “El nene” se personifica al varón poseedor de cualidades humanas: inteligencia, creatividad, depositario de facultades (consejero?), etc. y la mujer limitada a cubrir “huecos” que no son propios de la función masculina, como las emociones o en el texto: juegos, entretenimientos y cuidado de los nietos y/o hijos (la prole).[1]

El término “género” refiere a envolturas socialmente inculcadas devenidas del proceso de identificación sexual, algunas críticas teóricas refutan que no existe identidad sexual que no sea discursiva e introducida socialmente. Han sido estos los cuestionamientos hechos al curriculum, al no considerar el papel del género, raza o clases sociales, en el proceso de producción y de desigualdad. Siendo el feminismo el que fue dejando en claro que son las líneas de poder del capitalismo y del patriarcado, las que establecen la estructura de poder dentro de la sociedad. Si era el curriculum el que reforzaba y reproducía los estereotipos que la sociedad avalaba; fue la literatura crítica la encargada de analizar los materiales didácticos que los propagaban y subsistían en ámbitos escolares.

Al decir de Da Silva la pedagogía feminista podría esgrimir de inspiración para una figura curricular más atenta a cuestiones de género, sin perder de vista que el curriculum no debe apartarse de lo pedagógico.[1]

En relación a los planes escolares de final de Siglo XIX y comienzo de Siglo XX, estos fueron cuestionados críticamente, a fin de ir modificando la estructura de los mismos, y reformulando el plan de materias (años 60/70), reduciendo así asignaturas tendientes a generizar, clasificando sujetos en actividades escolares:

Ciencias Sociales resulta de la unificación de Historia, Geografía y Civismo.

· Desaparecen materias especializadas en formar sujetos con códigos morales y normas de comportamiento (Moral, Ahorro y previsión, Instrucción cívica)

· Desaparece “Economía Doméstica” y las materias Labores y Trabajo Manual quedan unificadas con Actividades Prácticas. Se eliminan las clasificaciones de género en el curriculum oficial.

Vale aclarar que desde comienzos de Siglo XXI el profesorado de Actividades Prácticas desaparece y en su lugar están los de Educación Artística (teatro, danzas, artes visuales, música), entendiendo el Arte como cada especificidad y no como (el caso de Artes Visuales): “Manualidades”.

Si bien la revisión de las continuidades y rupturas de un curriculum prescripto propicia problematizar sobre lo que en realidad acontece en las aulas -en relación al curriculum real- uno se pregunta si existe aún un núcleo duro que resiste a los cambios. Pareciera que aún persisten residuos de tradiciones persistentes en relación a nuevos conocimientos, reglas o valores sociales. Para M. Palamidesi (2006) es necesario volver a revisar algunos interrogantes entre expectativas, promesas en los cambios curriculares y la dinámica en la mutación de la estructura curricular actual y a largo plazo.[1]

“Resulta revelador que si el género se instaura mediante actos que son internamente discontinuos, entonces la apariencia de sustancia es exactamente eso, una identidad construida, una realización performativa en la que el público social mundano, incluidos los mismos actores, llega a creer y a actuar en la modalidad de la creencia.” BUTLER, J., (2001)

Al decir de Joan W. Scott el género resulta un dispositivo de las relaciones sociales fundadas en las diferencias entre sexos, y género “refiere a forma primaria de relaciones significantes de poder”; esto involucra admitir un campo primario de poder en relación al género. Se rechaza la oposición binaria, la ahistoricidad, para dar paso a una desconstrucción legítima en relación a diferencia sexual; utilizar el término “género” habilita pensar en términos de relaciones sociales entre ambos sexos. Esto implica demostrar que el mundo de hombres y mujeres forma parte de un mundo compartido, y no designado en “esferas” fragmentadas y destinadas por una construcción social.[1]

A partir de la Ley 1420 y previo a ella, estas esferas de poder se encontraban delimitando diferencias significantes de poder entre géneros, una posición binaria que habilitaba dar curso simbólico a propuestas didácticas y curriculares, fijando así mundos separados para futuras mujeres y hombres. La masculinidad como sexo fuerte, con capacidad intelectual y superior, en relación a la femineidad como sexo débil, emocionalmente capacitado para el cuidado, protección emocional (no para consejera de valores y principios), consideradas menores de edad, y habilitadas para el entretenimiento y juegos …destinadas estas actividades a hijos y esposos. El matrimonio era el vínculo que establecía dominación de los varones por sobre las mujeres, al ser consideradas las mujeres menores de edad bajo la ley, no tenían potestad sobre sus hijos o sobre sus bienes.[2]

Estos fueron estilos de patrones estereotipados y repetidos por décadas, “un orden del discurso generizado” que cobraba predominio en ámbitos escolares, familiares y sociales, un subsidio a conformar la construcción de la “masculinidad”; una construcción en oposición a la feminidad, jerarquizando la corporeidad masculina e inferiorizando la femenina. Una masculinidad siempre asociada a la heterosexualidad como matriz principal, no solo en relación a posibles deseos, sino también en formas de conductas y relaciones sociales.

“La mayor parte de las sociedades patriarcales identifican masculinidad y heterosexualidad como dos caras de una misma moneda.” Pablo Scharagrodsky

El apropiarse de este tipo de masculinidad hegemónica, implicaba un proceso de eliminación de todo lo relacionado con las emociones, sensaciones y/o necesidades; el extirpar todo dejo de estas cualidades iría conformando la hombría esperada, donde estas condiciones son rechazadas, por no ocupar un lugar destacable en la masculinidad. Se renuncia a todo aquello que represente lo femenino.[1]

La aparente inocencia y neutralidad de los planes escolares (curriculum) y la selección de textos durante tantas décadas, no fue inocuo en la formación de niños y niñas. La escuela reforzaba tanto intencionalidades de organización del Estado Nación, en la formación de un determinado tipo de sujetos, diferenciados, docilizados y generizados a modo también de ocupar cargos políticos; como también la “familia” fortalecía los parámetros morales y sociales (considerados “normales”) para ambos géneros. De esta manera los privilegios masculinos tenían primacía sobre los femeninos, el modelo patriarcal era consolidado por la Escuela, Familia y el propio Estado Nación; para su legitimidad era necesario fijar leyes que así lo avalarán.

En las primeras décadas del Siglo XX el derecho de las mujeres a la Educación Superior, dependía de la autorización especial otorgada por un varón, ya sea por el padre, hermano o marido. A pesar de poder rendir sus materias libres, se encontraban con impedimentos para ejercer su profesión.

El primer Congreso Femenino no obtuvo cambios en lo inmediato, ya que al promulgarse en 1912 la Ley Sáenz Peña, el voto femenino no fue incluido, otorgando el carácter de “universal” al voto masculino. Sin embargo el Congreso Femenino dio lugar a discursos reprimidos en épocas anteriores, situación que permitió avanzar en los derechos de la mujer.

Primer Congreso Femenino, celebrado en Buenos Aires en 1910
El Congreso Femenino surge en oposición a la idea de iliquidez de la mujer, percibida como incapaz y sujeta a la autoridad masculina. Fue Cecilia Gierson la primera egresada de la Facultad de Medicina de la UBA (en 1889), la siguió Alicia Moreau, Julieta Lantieri y Elvira Rawson. Lanteri J. fundadora del Partido Feminista, que junto a Cecilia Gierson fundó la Asociación de Universitarias Argentinas; fueron las que promovieron el primer Congreso Femenino en Bs. As. En 1910.

Tuvo como iniciativa “fundar una sociedad que vele por el porvenir de la mujer, que nació siempre purísima y angelical, y fue desviada de sus instintos naturales, que la llevan a la maternidad y al cuidado de la prole”.[1] En las disertaciones, unos de los pilares de la fundación feminista argentina, estuvo dado por el maternalismo y la defensa de los valores tradicionales familiares, años más tarde se comienza a cuestionar la moral patriarcal y encargada de sostener dichos valores.[1]


“No admito amos ni quiero ser patrona. Todos somos iguales. No quiero propiedades, ni quiero matar para conservarlas. La tierra entera es nuestra patria.” Julieta Lanteri (1910)

En 1910 participó del Congreso de Universitarias argentinas y del Congreso Femenino Internacional, este último se celebró en Centro Socialista Femenino, donde militaba. Como representantes de Argentina participaron las primeras médicas y educadoras: Julieta Lanteri, Cecilia Grierson, Alicia Moreau, Elvira Rawson y Sara Justo. No fue permitido el ingreso a varones.

“Que la mujer sea condenada al embrutecimiento, mientras el hombre es dueño de ilustrar y engrandecer su inteligencia. Desproporción fatal que solo contribuye a la infelicidad de ambos y a alejar más y más nuestro porvenir.” Juana Manso- Escritora y docente (1819-1875)

CONCLUSIÓN

La dualidad mujer/hombre es mucho más que una realidad biológica, es una construcción cultural, robustecida por una realidad social discursiva, que delibera y piensa de manera binaria, y allí van procesando sus propias representaciones.
La tarea de la escuela es abrir puentes que permitan reflexionar sobre abordajes históricos de todo lo referido a género y sexualidad, sin censuras, sin omisiones y sin prejuicios. Abrir instancias de dialogo entre alumnos/as provenientes de diferentes entornos de crianza, de diferentes estructuras familiares, con diferentes modos de pensar la sexualidad…. Todavía hay mucho camino por recorrer…. Parece estar vedado o ninguneado el tema de la identidad sexual, a aquellos que no cumplen con el mandato social de la heterosexualidad, no es un tema que se “animen” los adolescentes a blanquear en público….por temor a ser enjuiciados en su elección. Estos temas en la actualidad se abordan de forma general y no en particular, no hay preguntas o dudas al respecto….. Todavía existe mucho prejuicio a lo diferente y sin embargo se habla de “igualdad de derechos”. Cuando estos temas se abordan, los silencios son profundos o las expresiones son aún de burla y ninguneo. Las intervenciones docentes como mediadores de la información resultarían potentes, a modo de generar y propiciar un cambio de mirada al respecto.

Lamentablemente en general los docentes no se animan a tocar aún estos temas. El ESI se aborda en muchos espacios aún desde lo biológico y la diferenciación en las actividades que antes existían para la binariedad hombre/mujer; los demás temas se omiten…… y todo forma parte de Educación Sexual Integral!
¿Sino para qué se agregó el término “integral”? que significa : Que comprende todos los aspectos o todas las partes necesarios para estar completo. Según la etimología de la palabra “integral” esta educación debería abarcar todos los aspectos de la sexualidad, no solo los que no son plausibles de incomodar.

“Una instancia de poder se mantuvo inamovible durante siglos, repicada y reproducida en distintas culturas, como exponente de las filosofías y pensamientos que rigen las culturas judeocristianas: el patriarcado en sus múltiples niveles de producción y ejecución. Su efectividad puso en evidencia-continúa haciéndolo, aunque debilitado en algunos de sus fueros según las costumbres y legislaciones de distintos países- los efectos de poder desigual, asimétrico, subordinante y en ocasiones opresor de las mujeres.” Eva Giberti_2007


Fuente: Google imágenes

De esto no suele hablarse…. ¿Error de omisión? Una imagen puede más que mil palabras….
[1] Párrafo del texto fundacional del Congreso Femenino 1910
[1] Pablo Scharagrodsky- Masculinidades valuadas y devaluadas. Tensiones, límites y posibilidades en el ámbito escolar-
En: “Las formas de lo escolar”-
[1] Joan W. Scott- Género: ¿Todavía una categoría útil para el análisis? (s/f)
[2] La patria potestad compartida se logra en 1985-
[1] PALAMIDESSI, M., (2000) “El curriculum para la escuela primaria argentina: continuidades y cambios a lo largo de un siglo”. En: “ Diez miradas sobre la escuela primaria” Flavia Terigi (comp.)- pag.131/152- Edit. Siglo XXI-2006
[1] Da Silva 2011- “Relaciones de género y la pedagogía feminista”(s/f)
[1] Ídem 6
[1]   Referente a las experiencias conscientes o no de otorgar al varón una posición privilegiada en aspectos socio culturales, y en la historia.
[2] María Luisa Cavana- Diferencia-1995
[1] Pablo Scharagrodsky- Masculinidades valuadas y devaluadas. Tensiones, límites y posibilidades en el ámbito escolar-
En: “Las formas de lo escolar”- 
[1] Bourdieu, Pierre: La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 2000.
[1] Narodowski, M.: Infancia y Poder: la conformación de la pedagogía moderna, Buenos Aires, Aique, 1994
[1] Silva, T.: Espacios de identidad. Una introducción a las teorías del currículum, Barcelona, Octaedro, 2001

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Bibliografía recomendada

  • !Ay, mis ancestros!-Anne A. Schützenberger-Edit.Taurus-Edic.2008
  • "Cómo se forman los capacitadores"-Arte y saberes de su profesión- Susana Huberman-Edit. Paidós-Edic.2005
  • "Educación y sociedad en la Argentina" (1880-1945)-J. C. Tedesco-Edit. Siglo Veintiuno-Edic.2003
  • "Emociones destructivas"-Como conprenderlas y dominarlas-D. Goleman-Edit.Vergara-Edic.2003
  • "Entrañas éticas de la Profesión Docente" Carlos Cullen-Ediciones Crujía-2009
  • "Filosofía con niños"-Aportes para el trabajo en el aula- Vera Wakman/Walter Kohan- Ediciones Novedades Educativas-Edic.2005
  • "Las configuraciones didácticas"- Edith Litwin- Edit. Paidós-Edic.2008
  • "Malestar en los vínculos"-Psicoanálisis de las configuraciones vinculares- Rev. De la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo-Edic. Marzo 1998
  • "Talentos, dones e inteligencias"-El fracaso escolar no es un destino- Edit. Colihue- Edic.2008
  • "Tecnología educativa"-Política, historias, propuestas- Edith Litwin (comp)/otros. Edit. Paidós Edic.2000
  • "Teoría y práctica en filosofía con niños y jóvenes"- Experimentar el pensar, pensar la experiencia-Edic.Novedades Eductivas-Walter O. Kohan (comp)
  • "Tribus Urbanas"-Cazadores de Identidad- Constanza Caffarelli-Edit. Lumen. Edic.2008
  • Aprender juntos y solos-D.W. Johnson/R.J. Jonhnson-Edit. Aique-Edic.1999
  • Arte, mente y cerebro- Una aproximación cognitiva a la creatividad- Edit. Paidós-Edic.1997
  • Educar la Mirada-Inés Dussell/D. Guttierrez-Edit.Manantial-Edic.2006
  • La escuela que queremos- M. Fullan y A. Hargreaves-Edit.Amorrortu-Edic.2006
  • La evaluación en el debate didáctico contemporáneo-Edit.Paidós-A.Camilloni y otros-Edic.2005
  • La Inteligencia Emocional-D. Goleman-Edit. Vergara- Edic.2000
  • La personalidad creadora-A. Maslow-Edit. Troquel-Edic.1991
  • Proyecto Educativo Institucional-Acuerdos para hacer escuela-Edit. Magisterio del Río de la Plata-Edic.1999
  • Sobre lo Espiritual en el Arte-V. Kandinsky-Edit. Need-Edic.1999
  • Una Subjetividad que se inventa-Marcelo Percia-Lugar Editorial-Edic. 2002

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